3 Formas de Prepararse para un Desplome Bursátil

Cómo prepararse para un desplome bursátil

Un desplome bursátil se caracteriza por una caída repentina de los precios de las acciones. Puede prepararse para el próximo desplome sabiendo cuándo mantener y cuándo vender, diversificando su cartera y consultando a un asesor.

Ha pasado casi un siglo desde el infame crack bursátil de 1929 que abrió la puerta a la Gran Depresión. Y aunque el mundo no ha vuelto a sufrir un desplome de esa magnitud desde entonces, ha habido muchos periodos en los que las acciones se han hundido rápidamente.

Entonces, ¿cómo saber si el mercado bursátil se está desplomando o si se trata simplemente de un mal día? He aquí algunos aspectos a tener en cuenta y qué hacer si está preocupado.

 

¿Qué es un desplome bursátil?

Aunque no hay una cifra concreta que indique un desplome, he aquí un poco de contexto. El índice bursátil S&P 500 suele variar entre un -1% y un 1% en un día cualquiera. Todo lo que se salga de estos parámetros podría considerarse un día activo en el mercado bursátil, para bien o para mal.

Si el S&P 500 cae un 7% en un solo día, la negociación puede detenerse durante 15 minutos. Esto sólo ha ocurrido un puñado de veces en la historia del mercado, y de hecho marca un día muy malo en Wall Street. Un crash se caracteriza por una caída brusca y repentina de las cotizaciones bursátiles, normalmente tras una tendencia alcista del mercado de valores, también conocida como mercado alcista.

 

La caída de Wall Street

 

 

Qué hacer durante un desplome bursátil

Si su horizonte de inversión es largo y está bien diversificado, lo mejor suele ser capear las caídas. Comprender que puede producirse un desplome significa que puede planificarlo y reaccionar con prudencia. He aquí un plan de seis pasos sobre qué hacer cuando el mercado se desploma.

 

 1. Ten en claro lo que posees y por qué

Una reacción impulsada por el miedo a una caída temporal no es una buena razón para deshacerse de una inversión. Pero si revisa sus notas originales de investigación de valores, puede encontrar algunas buenas razones para vender.

Un análisis exhaustivo de los valores incluye un registro escrito de los puntos fuertes, los puntos débiles y la finalidad de cada inversión de su cartera, así como de los aspectos que harían que cada inversión se quedara fuera. Su análisis es como una hoja de ruta de la inversión, un recordatorio tangible de los aspectos que hacen que merezca la pena mantener una acción.

Durante una caída del mercado, este documento puede evitar que deseche de su cartera una inversión a largo plazo perfectamente buena sólo porque tuvo un mal día. Por otro lado, también proporciona razones claras para abandonar una acción.

Lo ideal sería que, antes de lanzarse a la bolsa, midiera su tolerancia al riesgo, es decir, cuánta volatilidad está dispuesto a soportar a cambio de una mayor rentabilidad potencial. Invertir en bolsa es intrínsecamente arriesgado, pero lo que permite obtener beneficios a largo plazo es la capacidad de capear los momentos desagradables y permanecer invertido para la eventual recuperación, que, históricamente hablando, siempre se vislumbra en el horizonte.

 

 

2. Confía en la diversificación

Cuando se produce una caída del mercado, sus resultados pueden variar -y quizá para mejor- si ha invertido dinero en distintas cestas de clases de activos, como acciones y bonos. Diversificar, o distribuir su dinero entre distintas inversiones, es clave para reducir el riesgo de la inversión y suavizar el paso por un mercado tumultuoso. Diversificar ayuda a garantizar que sus inversiones (huevos) no se concentren en un tipo de activo (cesta). Así, si un valor o sector tiene un mal día, sus otras inversiones pueden ayudarle a compensar las pérdidas.

 

Si ha optado por una estrategia de “configúrelo y olvídese” -como invertir en un fondo de jubilación con fecha objetivo, como permiten muchos planes 401(k), o utilizar un robo-advisor- la diversificación ya está incorporada. En este caso, lo mejor es esperar y confiar en que su cartera está preparada para capear el temporal. Seguirá experimentando algunas dolorosas sacudidas a corto plazo, pero esto le ayudará a evitar pérdidas de las que su cartera no pueda recuperarse.

 

La diversificación de activos

 

 

 

3. Céntrate en el largo plazo

 

Cuando la bolsa baja, puede ser difícil ver cómo se reduce el valor de su cartera y no hacer nada al respecto. Es normal sentirse pesimista tras una caída, pero si invierte a largo plazo, no hacer nada suele ser lo mejor.

Es importante recordar que, cuando se venden inversiones en una fase bajista, las pérdidas están aseguradas. Tomemos como ejemplo el desplome bursátil del mercado relacionado con el COVID de febrero de 2020. Supongamos que hubiera invertido 1.000 dólares en un fondo cotizado en bolsa, o ETF, que siguiera la evolución del S&P 500. Ese fondo habría perdido un 30% de su valor durante el desplome. Ese fondo habría perdido más del 30% de su valor durante el desplome. Si lo hubiera vendido, habría acumulado esa pérdida, pero si lo hubiera conservado, habría recuperado sus pérdidas en agosto.

Si planea volver a entrar en el mercado en un momento más soleado, es casi seguro que pagará más por el privilegio y sacrificará parte (si no todas) las ganancias del rebote.

 

 

 

Desde las quiebras bancarias hasta la continua preocupación sobre si los tipos de interés frenarán la actividad económica, ha habido muchos días en los que el mercado ha caído profundamente en números rojos. En esos momentos, es natural preguntarse: ¿Se está desplomando la Bolsa?

En última instancia, no es una pregunta por la que merezca la pena preocuparse demasiado. Si posees una cartera diversificada, te centras en el largo plazo y consideras la posibilidad de aprovechar las caídas del mercado cuando puedas, ya estás haciendo casi todo lo que está en tus manos para estar preparado para el próximo desplome bursátil.

 


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